Si tienes una segunda residencia a la que quieres dar un aire veraniego, pero sin hacer reformas ni gastar mucho, en este artículo te ayudaremos a dar a tu casa una estética marinera de forma fácil y barata.
La temática marinera es un clásico para decorar nuestro hogar y, lo mejor de todo, no está ceñida a residencias a pie de playa: aunque tu casa esté en la ciudad o en el campo, prestando atención a los colores, los materiales y ciertos detalles náuticos, podrás conseguir un auténtico refugio marino, incluso en el interior.
La paleta de colores, clave
La gama cromática para conseguir una decoración marinera es sencilla: blancos que aporten luminosidad combinados con azules marinos y azules claros. Puedes añadir también algún toque beis que evoque la arena y ciertos detalles coral que nos trasladen a las profundidades marinas.

Una opción es incorporar estos colores en muebles o paredes (con pintura, papel pintado o vinilos), pero si esto supone demasiado gasto o trabajo, o si buscas una solución menos permanente, los textiles son tus aliados. Resulta fácil cambiarlos, lavarlos y guardarlos según la temporada.
Para las estancias comunes y dormitorios, puedes optar por fundas de cojines con rayas blancas y azules, cortinas claras y de tejidos naturales (como el lino o el algodón), alfombras de cuerda o yute y mantas azul cielo. En el baño, puedes combinar cortina y alfombra azul navy con toallas a rayas.
Accesorios náuticos llenos de personalidad
En decoración, los pequeños detalles marcan la diferencia. Puedes conseguir una auténtica decoración marina con accesorios de bajo coste o, si tienes la posibilidad, recogerlos tú mismo en la playa. Te damos algunas ideas:
- Cuerdas, finas o gruesas, para usar como colgadores, lámparas o elementos de pared.
- Botellas de cristal transparentes o azules: para decorar, solas, con luces LED dentro, como jarrones…
- Meter conchas, estrellas de mar y arena en jarrones o cuencos.
- Anclas, boyas, remos o timones decorativos de distintos materiales (madera, metal…) y tamaños para colgar en la pared o poner sobre un estante.
Paredes marinas sin necesidad de pintura
Si no te apetece agujerear las paredes pero te gustaría darles un aire nuevo, puedes usar láminas o pósters con ilustraciones o fotos de barcos, paisajes costeros, faros… También puedes decantarte por un mapa náutico antiguo. Asimismo, hay espejos redondos que simulan la escotilla de un barco y que aportarán un toque único y distintivo. Para colgarlos no necesitas recurrir al taladro: emplea diferentes tipos de cuelga fácil con velcro o con adhesivos y listo.

Los últimos toques: las plantas
Para poner la guinda al estilo costero no debes olvidarte de las plantas. La lavanda nos traslada al Mediterráneo, las suculentas o cactus nos hacen pensar inmediatamente en temperaturas altas, y los helechos (que debes situar en zonas luminosas) aportan frescura y naturalidad. Si las colocas en cestas de mimbre, latas o tiestos reciclados, el efecto verano será aún mayor.
Para los amantes del DIY
Aunque la mayoría de elementos mencionados es fácil encontrarlos en tiendas o mercadillos, la temática marinera te brinda una excelente ocasión para dar rienda suelta a tu creatividad y hacerlos tú mismo:

- Con hilo y las conchas y piedrecitas que encuentres en la playa puedes crear tus propios adornos colgantes.
- Crea portavelas personalizados a partir de latas, botes o tarros reciclados y pintura, cuerdas y conchas.
- Compra letras en madera o porexpán para formar palabras relacionadas con el mar, que pintarás y decorarás a tu gusto: “mar”, “playa”, “verano”, “sol”… si te apetece, puedes recurrir también a otros idiomas, como el francés (“mer”, “été”, “plage”…) o el inglés (“summer”, “sea”, “beach”…).
- Otra idea genial, para guardar fotos y recuerdos de la época estival, es crear tus propios marcos de fotos con cuerdas o pinzas. Puedes incluso pegar arena o conchas recogidas en alguna playa que hayas visitado.
- Y si dispones de terraza o un espacio exterior, a partir de palés pintados de blanco y azul puedes crear todo tipo de mobiliario y decoraciones. Con una sencilla búsqueda en Internet encontrarás numerosas ideas y tutoriales para personalizar según tus gustos y tus habilidades con el bricolaje.
Como ves, transformar tu segunda vivienda en un refugio marino no tiene por qué ser una tarea complicada ni cara. En cuestión de horas, adaptando estas ideas sencillas y de bajo coste a tu estancia, crearás un ambiente fresco y veraniego en el que pasar unas relajantes vacaciones junto al mar (incluso estando a kilómetros de distancia).
