
Tras su desarrollo entre las décadas 50 y 70, la arquitectura brutalista hoy vuelve a estar en pleno auge. Con motivo del éxito en taquilla de The Brutalist, y sus diez nominaciones a los premios Oscar, hoy queremos hablarte de los edificios más emblemáticos e inspiradores de este estilo. Muchos de ellos son visitables y están más cerca de ti de lo que te imaginas.
Unidad Habitacional, Marsella
Su autor, Le Corbusier, logró inaugurar este ambicioso complejo de viviendas en 1962. Como el teórico y precursor de la arquitectura moderna que era, concentró muchas de sus ideas sobre el urbanismo y la habitabilidad en este edificio de 337 apartamentos. Estructuralmente se convirtió en el precedente de las viviendas modulares. Su plasticidad estética se plasma en los pilotes de hormigón en bruto de la planta baja. La fachada cortina, en la que juega con las formas y los colores, va mucho más allá del mero funcionalismo.
Instituto Salk, San Diego
Louis Kahn, otro de los grandes garantes de la arquitectura brutalista, firmó en 1963 este edificio. Un complejo destinado a la investigación en plena costa californiana. No solo destaca por su secuencia rítmica de volúmenes en sus fachadas, también por su vocación poética. Como muestra, la plaza interior, que puede recorrerse, y de la que brota a modo de manantial una fuente, que discurre por un recto canal y desemboca en el océano Pacífico.

Torres Blancas, Madrid
La monotonía funcional de Avenida de América, en Madrid, se rompe con esta singular joya arquitectónica del brutalismo. Obra de Francisco Javier Sáenz de Oiza, quien en 1969 construyó este estiloso edificio de viviendas curvo. Su altura es de 81 metros y cada saliente circular es una terraza. El liso hormigón de su fachada aún embauca la vista, al igual que las torres que rematan su azotea. Al interior se replican los volúmenes cilíndricos; diversos estudios han reformado los apartamentos, pero perpetuando la esencia de la estética brutalista más representativa.
Sede de la UNESCO en París
Uno de los arquitectos en los que se inspira la película The Brutalist, es Marcel Breuer, que firmó este edificio, en 1958, junto a Bernard Zehrfuss y Pier Luigi Nervi. Está situado en pleno Distrito 7, apodado por los locales como la “estrella de tres puntas” por su forma de Y. Hormigón y cristal son los materiales predominantes, que nos hablan de la gran austeridad, tendencia brutalista por excelencia en los años de su construcción. Al interior, el vestíbulo está decorado con murales pintados por Picasso. Y en el patio central, los realizados por Joan Miró y el ceramista Llorens Artigas.
Barbican Centre, Londres
La capital inglesa cuenta con un buen número de obras arquitectónicas brutalistas, como alma mater de la corriente, que merece la pena visitar. La torre Trellick, el edificio del National Theatre. el complejo Barbican, diseñado por el estudio Chamberlin, Powell and Bon en 1982, constituye una auténtica oda al brutalismo. Una ciudad dentro de la ciudad que aúna 2000 apartamentos, iglesia, biblioteca, centro cultural, conservatorio, cine, y hasta un lago. Exceptuando las viviendas, permite ser recorrido y disfrutado libremente.

Walden 7, Sant Just Desvern, Barcelona
El arquitecto catalán Ricardo Bofill, concibe este edificio en 1975, con un peculiar concepto de viviendas autogestionadas (inspiradas en el mayo del 68 francés) y altas dosis de experimentación. Al exterior se olvida del hormigón y plantea un enorme bloque rojo arcilloso por el que se distribuyen 18 torres. El interior está dividido en siete laberínticos patios, a distintas alturas, coloreados de un azul intenso.
Habitat 67, Montreal
Con motivo de la Exposición Universal de 1967 se construyó este bonito conjunto residencial, idea del arquitecto Moshe Safdie, que reflexiona sobre la plasticidad dinámica. En este caso, módulos de hormigón prefabricados se superponen, como si de cajas se tratasen, creando un juego de entrantes, salientes, también de huecos, como lenguaje arquitectónico. El proyecto aunaba la intención de convertirse en viviendas modernas y asequibles, rodeadas de jardines, pero en un entorno urbano. Otra admirable evidencia de brutalismo en estado puro, visitada por muchos entendidos cada año.

A estas alturas ya habrás comprobado el grado de influencia de la arquitectura brutalista, con proyectos en los cinco continentes y cuyas referencias, tanto en formas como materiales, siguen vigentes en la actualidad. Te animamos a que descubras estos y otros muchos ejemplos que vayas encontrando a tu paso por el mundo.
